Un puntero láser no es un juguete

24, febrero, 2020 / Salud Ocular / Sin comentarios

Los pequeños de la casa usan los punteros láser para imitar escenas como la de la lucha de Luke Skywalker contra Darth Vader en la Guerra de las Galaxias con una espada láser. Pero la realidad, y aunque se compren en establecimientos autorizados y sean de baja potencia, es que estos dispositivos no son un juguete y son un grave peligro para los ojos si se usan inadecuadamente.

Son varios los casos que leemos en la prensa de niños o adultos que han perdido parte de la vista por un mal uso de los punteros láser. Algunas imprudencias se pagan en forma de quemaduras que afectan a la retina y zonas próximas, e incluso, pueden dañar a algunas áreas tan delicadas como la mácula.

Punteros fuera de control

La potencia de los punteros láser está clasificada del uno al cuatro. Es decir, a mayor numeración, mayor peligrosidad y, por tanto, más restricciones para su adquisición y manejo. No obstante, los especialistas calculan que prácticamente la mitad de los punteros láser de luz roja no cumplen con la legalidad vigente. Y esta cifra asciende hasta el 90% en el caso de los de luz verde.

Nunca se debe apuntar un láser ni dirigirlo directamente al ojo de nadie ya que la energía de la luz es muy peligrosa, incluso más que mirar directamente al sol. Tampoco es recomendable apuntar el láser hacia una superficie reflectante porque puede producir lesiones por el efecto rebote.

Daños irreparables en la visión

Si el rayo de un láser de 5 milivatios de potencia incide desde menos de 16 metros de distancia puede causar daños irreparables a la visión. A medida que se aumenta la potencia, también aumenta el radio de incisión necesario para que se produzca un daño real en el ojo. Un láser de 500 milivatios -que sólo debería usarse para experimentos y en el ejército- puede dejar ciego en distancias de hasta 160 metros y producir ceguera temporal hasta a los 800 metros.

En páginas web españolas se pueden comprar sin restricciones láseres verdes de hasta 200 milivatios y de otros colores hasta de 1000 milivatios. Estas potencias se podrían clasificar como “pseudoarmas láser” y el daño que pueden causar a la visión es muy alto.

Las lesiones causadas por los punteros láser no suelen doler y la visión se deteriora de forma lenta, por lo que las lesiones pueden pasar desapercibidas durante semanas y meses y acabar siendo irreversibles. El mayor peligro para la salud visual son las alteraciones que se pueden producir en la zona central de la retina, causando quemaduras en la mácula y generando visión borrosa temporal e incluso ceguera.

La aparición de zonas sin campo de visión -escotomas- es también frecuente, así como, lesiones en la superficie corneal. Además, existe la posibilidad de que la retina quede afectada y aparezcan problemas posteriores como consecuencia del daño causado por el láser.

*Fuente: Academia Americana de Oftalmología

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