¿Por qué es importante revisarse la vista anualmente?

24, julio, 2020 / Salud Ocular / Sin comentarios

La vista nos acompaña toda la vida y es de suma importancia cuidarla y revisarla periódicamente. Por esta razón, así como es habitual pedir cita en septiembre para un chequeo médico o para el dentista, no se debe olvidar llamar al óptico-optometrista de confianza para enfrentarse al regreso a la rutina diaria con una perfecta salud visual.

Como ya hemos comentado en otros artículos de Magazine, a causa del confinamiento por la crisis sanitaria, gran parte de la población ha sufrido una sobreexposición a las pantallas y dispositivos digitales y puede que esta rutina haya afectado o deteriorado la capacidad visual. La revisión de la vista con carácter anual es una medida de salud que aporta múltiples beneficios.

La revisión ocular, por un lado, previene enfermedades ya que al tener el historial actualizado es más fácil poder detectar cualquier anomalía o deterioro visual. Y, por otro, permite tener al día las correcciones de la graduación en gafas o lentes de contacto. También es importante el hecho que, durante la visita, el óptico-optometrista da recomendaciones al paciente para tener la mejor salud ocular posible como, por ejemplo, cómo cuidar nuestras gafas o lentillas o qué hábitos pueden ayudar a mantener una buena visión.

¿La edad importa?

En cuanto a la periodicidad de las revisiones oculares, la edad importa. Ya que según la edad o etapa vital en la que nos encontremos será conveniente revisarse con mayor o menor frecuencia para poder detectar errores refractivos o prevenir ciertas patologías o anomalías.

En el caso de los niños es importante una revisión anual y sobre todo cara a la escolarización ya que en esta etapa es fundamental la vista en su desarrollo psicomotriz. Además los peques no suelen quejarse cuando no ven bien y pueden sufrir algún tipo deterioro de la capacidad visual, ametropía o patología y no saberlo sus padres.

En torno a los 13 años, los adolescentes usuarios de lentes de contacto o de gafas graduadas también deben revisarse la vista una vez al año para valorar cambios y tener conocimiento de los buenos hábitos. Hasta los 40, en función de las ametropías, antecedentes o historial médico que se tenga, la frecuencia de las revisiones puede variar.

En el caso de las personas con graduaciones de miopía elevadas tienen un mayor riesgo de desprendimiento de retina, por lo que -independientemente de la edad- siempre es aconsejable revisiones anuales. También las personas diabéticas requieren un control más exhaustivo por las implicaciones que puede tener esta enfermedad en el sistema visual.

Ya a partir de los 50 años las revisiones han de ceñirse a un año ya que es importante prevenir patologías como el glaucoma, la hipertensión ocular o degeneración macular, que no dan ningún tipo de sintomatología.

¿Qué es un examen visual?

El examen visual consiste en realizar varias pruebas para comprobar el estado de nuestra visión. Los aspectos más habituales para evaluar por parte del especialista son el campo visual -permite conocer cómo funciona nuestra visión lateral y periférica– y la agudeza visual a través de una prueba que consiste en un panel de letras y símbolos. En algunos casos, sobre todo cuando se van cumpliendo años, se nos someterá también a una tonometría para descartar la hipertensión ocular.

Si nos revisamos la vista anualmente eliminaremos sorpresas desagradables, porque nuestro óptico tendrá un control adecuado de nuestra visión y sabrá darnos las mejores soluciones. Es necesario recordar que los exámenes de la vista no solo sirven para controlar problemas oculares, sino también para detectar otras posibles enfermedades como la diabetes o la hipercolesterolemia.

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