Los problemas oculares aumentan un 25% en verano
27, julio, 2020 / Salud Ocular / Sin comentarios
Según ha constatado un equipo multidisciplinar de científicos de la Universidad de California en Los Ángeles, los problemas oculares y visuales se incrementan en un 25% durante los meses de verano. El sol, el cloro de las piscinas, el uso excesivo del aire acondicionado o la sal y la arena de las playas pueden provocar problemas o agravar dolencias ya existentes.
Ya hemos comentado, en varias ocasiones en nuestro Magazine, que la exposición excesiva de nuestros ojos a los rayos ultravioleta tiene un efecto acumulativo e irreversible que puede llevar a desarrollar diferentes patologías oculares como cataratas o degeneración macular asociada a la edad (DMAE), entre otras patologías o anomalías.
Sin la protección adecuada, el 80% de la radiación ultravioleta acumulada en la vista se produce antes de los 18 años. En el caso de los más peques de la casa, sus ojos son 20 veces más sensibles que la piel y el cristalino de los bebés deja pasar hasta el 90% de la radiación ultravioleta del tipo A y el 50 del tipo B, llegando a la parte más delicada del ojo que es la retina. Entre los 12 y 13 años, estos porcentajes se sitúan en el 60 y el 25%, respectivamente.
Recomendaciones
Por ello, el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de España (CGCOO) recomienda el uso de gafas de sol homologadas con filtro tipo C el mayor tiempo posible y no exponerse al sol durante las horas centrales del día. Farmaoptics ha lanzado la campaña “Visión más allá del sol” en la que presenta su colección de gafas de sol graduables o polarizadas y realizadas con materiales de primera calidad para ofrecer el mayor confort y protección ante los rayos ultravioletas.
El CGCOO aconseja reducir el uso del aire acondicionado ya que irrita y reseca la superficie ocular y puede provocar picor, ardor, visión borrosa o sensibilidad a la luz. En el caso de playas y piscinas, recomienda usar gafas de natación o de buceo y no usar lentes de contacto ya que aumentan el riesgo de contraer infecciones muy graves y generar sequedad ocular. Y, en esta misma línea, el CGCOO recuerda que es importante beber mucha agua para favorecer la correcta producción de lágrimas -o en su defecto, usar lágrimas artificiales.