Cómo aprender a ver mejor, la estimulación visual en los bebés

02, octubre, 2020 / Salud Ocular / Sin comentarios

Los expertos dicen que los bebés ya ven, aunque no perfectamente, desde que están en la tripita de su madre. Distinguen la luz de la oscuridad por eso es importante la estimulación visual desde que nacen y, fundamentalmente, durante el primer año de vida.

La estimulación visual infantil enseña a aprender a ver mejor. Cuanto más se usa la visión, mayor es la probabilidad de un mejor funcionamiento visual del bebé y de desarrollar todas sus capacidades físicas y emocionales. El cerebro humano viene dotado con una gran cantidad de neuronas y las conexiones que se establecen entre ellas están determinadas por las experiencias vitales, por la adaptación al entorno que nos rodea y por los cambios internos derivados del proceso natural de maduración.

El ojo brinda al más peque de la casa todas las informaciones necesarias sobre el tamaño, las formas y los colores de los objetos y de las personas de su alrededor y de los movimientos que realizan. Los inputs visuales que reciben les estimulan a explorar el espacio, a mover un juguete y a sonreír a sus padres cuando se acercan.

Las primeras 8 semanas de vida son fundamentales

Los expertos coinciden que durante las primeras 8 semanas de vida es cuando hay que trabajar la estabilización de la fijación visual, requisito para que la visión se desarrolle adecuadamente. Un posible ejercicio es mover objetos con contraste alrededor del bebé, más o menos a unos 20-40 centímetros de su cara, sosteniendo bien su cabecita. Cualquier padre es el mejor estímulo para su hijo. Es importante buscar el contacto visual del bebé desde el primer momento.

De los 2 a los 4 meses, el peque ya sigue los objetos en movimiento, reconoce las caras que le rodean y su visión del detalle y capacidad de enfoque son más precisas. El desarrollo de la agudeza visual es necesario para la evolución de la acomodación. La agudeza visual va mejorando hacia los tres meses y se acerca a los valores propios del adulto a los seis meses. Durante este período, el ojo localiza el objeto de interés y luego la mano intenta alcanzarlo y, a menudo, el bebé se lo lleva a la boca. Cada vez que se le cambia el pañal es importante hacerle mirar a la derecha y a la izquierda, el estímulo ideal es la cara de papá o de mamá pero también puede servir mover la mano u objetos.

De los 5 a los 8 meses, los bebés empiezan a comprender el mundo en tres dimensiones y tienen capacidad visual y motora para determinar a qué distancia se encuentran los objetos. Es un buen momento para jugar con él a esconder juguetes, a ponerlos a distancias diferentes y a mostrárselos para, posteriormente, alejarlos.

La época de los pequeños detalles se da los 9 a los 12 meses. Es entonces cuando el bebé explora el mundo a través del movimiento. Su visión ambiente le guía cuando camina y cuando está quieto es cuando presta atención a los detalles. Cuando sale a pasear en el cochecito, un buen ejercicio es enseñarle el movimiento de las hojas de los árboles y así estimular su visión periférica.

*Fuente: Sociedad Internacional de Optometría del Desarrollo y del Comportamiento (SIODEC)

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