¡Que viva el amor! ¡Mil formas de verlo!

11, febrero, 2013 / Mirada particular / Sin comentarios

Los hombres y las mujeres siempre se han sentido fascinados por el amor. Han hecho canciones, pinturas y poemas. Han sido muchos los que han hablado de él y han explicado cómo se manifiesta a través de la exaltación o el placer, la tristeza o la felicidad, la virtud o el erotismo. Hoy hablaremos de un tema universal y atemporal: ¡el amor! ¿Preparad@s?

Hablaremos de la gran aventura del amor, porque sólo éste hace vibrar nuestros corazones. Puede que una de la citas más famosas sea “El corazón tiene razones que la razón no comprende”, de Pascal.
Siempre hay personas que ven la vida de un modo más filosófico. Khalil Gibran, por ejemplo, dice que “El amor que no se renueva cada día, deviene en hábito y acaba siendo una esclavitud”. Y San Agustín afirma sencillamente que “La medida del amor es amarse sin medida”. Con “Amar a una persona significa ver un milagro invisible para los demás”, François Mauriac añade un toque mágico al amor.

Pero también tenemos defensores más prácticos como Antoine de Saint-Exupéry con su frase “La experiencia nos hace ver que el amor no consiste en mirarse el uno al otro, sino mirar ambos hacia una misma dirección”. Y otros más realistas como Confucio: “Amar y reconocer los defectos del amado; odiar y reconocer las buenas cualidades de los odiados, son dos cosas muy raras bajo el cielo”.

Y como no, tenemos a los románticos: “La raíz de todas las pasiones es el amor; de él nace la tristeza, el gozo, la alegría y la desesperación”, Lope de Vega. “El amor puede incluso detener la marcha del tiempo”, Bruno Sicognani. “El amor de un hombre es parte de su vida; pero el amor de una mujer es toda su vida”, Lord Byron. Y “Amar a una persona significa aceptar envejecer con esta”, Albert Camus

Hay quien habla del amor como concepto más abstracto, como Calderón: “El amor es una comida digna de los Dioses cuando el diablo no lo finiquita”. Y San Bernardín de Siena “El amor tiene esta forma y naturaleza: él que es amado, ama también, y cuando más lo aman, más ama él”.

Y acabamos con una frase más simple, imposible: “Si quieres ser amado, ama”, de Séneca

¿Queréis añadir alguna más?

¡Que viva el amor!

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