¡Mueve el esqueleto para mantenerlo sano!
09, febrero, 2014 / Bienestar / Sin comentarios
El ejercicio físico es uno de los mejores aliados de los huesos si se practica con regularidad y de forma adecuada. Los refuerza por dentro, los protege por fuera y favorece un equilibrio interno que contribuye a su salud.
Refuerzo interno del hueso
Los músculos se unen a los huesos mediante los tendones. Con el movimiento, se ejerce una determinada tracción en ese punto de unión, y esa fuerza genera una resistencia interna por parte del hueso: para aguantar los «tirones», el hueso refuerza su estructura interna calcificándose, siguiendo el principio de acción-reacción. A mayor fuerza de tracción muscular, mayor esfuerzo estructural del hueso. Por este motivo, el ejercicio físico es uno de los factores que más beneficia al sistema esquelético.
Mejor protección por parte de los músculos
El fortalecimiento de los músculos alrededor de una articulación afectada ejerce, además, un efecto protector sobre la misma, ayuda a mantener la movilidad articular y a bajar peso. Si persiste el dolor articular, conviene acudir a un buen especialista (masajista, osteópata, acupuntor, etc.), pues el dolor puede estar localizado no en el hueso sino en las estructuras vecinas (tendones, ligamientos, cápsula articular).
Relajación
Con un programa de actividad física adecuado nuestras posibilidades de relax aumentan. Caminar, nadar u otras actividades de bajo impacto articular, además del beneficio físico directo, también nos despreocupa la mente. Y eso, según la acupuntura, tiende a recanalizar la energía en todo el organismo.
En caso de artrosis
Las personas con las articulaciones ya afectadas deben tener la precaución de no realizar ejercicios de impacto articular (correr largas distancias, bailar, levantar peso, jugar a tenis) que podrían acelerar la enfermedad. Se aconseja más el ejercicio suave como dar paseos o nadar… o actividades en las que se profundiza la respiración consciente (yoga, taichí, chiking, RPG, pilates). Los estiramientos previos y la aplicación de calor local (antes) y de compresas frías (tras el ejercicio) ayudan a prevenir el dolor.
¿Qué deporte notas que te va mejor?