La importancia de la visión en los conductores profesionales

18, mayo, 2020 / Salud Ocular / Sin comentarios

Los transportistas son, con los sanitarios, farmacéuticos, agricultores y todo el sector de la alimentación y de la energía, uno de los colectivos considerados como esenciales durante la crisis que estamos viviendo creada por la pandemia del COVID-19. El trabajo de los conductores profesionales es fundamental al llevar los productos básicos a los hospitales y a otros centros sanitarios, así como, al mantener en marcha la cadena logística para abastecer los supermercados y otras tiendas de alimentación.

Para cumplir con esta responsabilidad, las facultades de los transportistas deben estar en perfecto estado y eso incluye la salud visual, uno de los aspectos que menos se tienen en cuenta a la hora de ponerse ante el volante. Según la Fundación Visión y Vida, uno de cada 4 conductores conduce con problemas visuales no corregidos.

Dificultades visuales al conducir

La vista es el sentido más importante en la conducción ya que los ojos son los que nos permiten reaccionar ante distintas situaciones que se dan al volante. Los deslumbramientos, provocados por las luces de otros vehículos, son uno de los grandes peligros que encontramos a la hora de conducir ya que provocan una circulación con una visión deficiente temporal. Es decir, en una velocidad de 120 km/h supondría un tiempo de recuperación de sólo 5 segundos, lo que significaría recorrer 170 metros sin ver correctamente.

Otra de las dificultades en la visión cuando se conduce sería la poca iluminación que se da al circular durante el amanecer o el atardecer o en condiciones climatológicas adversas. Según estudios de expertos, cuando conducimos con poca iluminación se reducen considerablemente nuestras capacidades de atención y reacción. Si a estas limitaciones se les añade una mala visión, la agudeza visual -capacidad para detectar, distinguir o identificar detalles espaciales– se reduce en un 70% y la captación de profundidad puede llegar a ser 7 veces menor.

Los problemas de visión en la conducción, incluso en entornos bien iluminados, pueden provocar la detección tardía de los estímulos, una estimación errónea de la distancia o de la velocidad de los otros vehículos e incluso pueden darse equivocaciones fatales a la hora de interpretar las señales de tráfico. Por otro lado, si se tienen deficiencias en la extensión de campo visual del ojo se corre el peligro de cometer errores en las intersecciones, cambios de carril o adelantamientos.

Cómo conducir con seguridad

El tiempo que se tarde en reaccionar o la ausencia de maniobras evasivas son algunas de las causas que, de forma directa o indirecta, influyen en los accidentes en carretera. Por esta razón, los conductores profesionales deben revisarse la vista de forma periódica -anual y en profundidad- ya que, siempre pero sobre todo en su caso, una mala visión es un factor de riesgo para la seguridad vial.

Optar por lentes polarizadas puede ser una buena solución a la hora de evitar los deslumbramientos de los otros vehículos, así como, los provocados por la luz solar.

Si se empieza a bostezar, si se reduce la velocidad de conducción de forma injustificada o se producen desviaciones hacia el centro de la calzada y no se puede sostener la cabeza recta, es esencial parar y descansar un rato. Conducir fatigado es sumamente peligroso porque el cansancio disminuye la percepción de riesgo, la capacidad de concentración y el tiempo de reacción.

Una buena visión asegura una buena conducción y, por tanto, reduce las posibilidades de futuros accidentes y víctimas. Seamos responsables.

 

 

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