El astigmatismo en los niños

26, febrero, 2020 / Salud Ocular / Sin comentarios

El astigmatismo en los niños es bastante común. Pueden influir desde factores genéticos a medioambientales, hábitos o costumbres. El principal problema en los más pequeños de la casa es detectarlo ya que ellos no son conscientes de que no ven bien. Es importante que los padres y las madres estén atentos a algunos comportamientos o señales y, de esta forma, detectarlo y corregirlo a tiempo para evitar futuros problemas educacionales y emocionales importantes.

Obsérvales bien

El astigmatismo es una anomalía localizada en la curvatura de la córnea que genera una visión distorsionada tanto para ver de lejos como para enfocar objetos próximos.

Los factores que pueden causar astigmatismo van desde una predisposición genética –si ambos progenitores padecen alguna afección refractaria las probabilidades son realmente altas- , a condiciones medioambientales e incluso algunos hábitos y costumbres como abusar de las pantallas digitales o la exposición directa a los rayos del sol.

Algunas señales de alarma de que nuestro hijo o hija padece de astigmatismo son el lagrimeo excesivo de los ojos, así como, una marcada tendencia de acercarse las cosas a la cara para poder ver los detalles. También son síntomas claros, dolores de cabeza recurrentes, tropezarse y caerse constantemente y entrecerrar los ojos al fijar la vista en un punto lejano.

¿Se puede prevenir?

Los factores genéticos en el astigmatismo tienen mucho peso y contra ellos poco se puede hacer. Pero sí que podemos evitar los condicionantes medioambientales, de hábitos y costumbres. La lectura en los niños es de suma importancia pero se debe atender a cómo leen nuestros hijos. No debemos descuidar que los más peques de la casa deben leer en sitios bien iluminados y a una distancia de unos 40 centímetros entre los ojos y el libro.

Una buena alimentación también puede ayudar a evitar la aparición del astigmatismo. El menú debe contar con suficientes verduras, pescados, legumbres, huevos y frutos secos, pocas grasas saturadas y productos procesados muy limitados.

Como decimos siempre en Magazine, no se deben descuidar las revisiones periódicas a nuestro óptico-optometrista de confianza. Porque en muchas ocasiones los niños y niñas que dicen que ven bien, en realidad, están forzando la vista más de lo necesario.

Por lo general, el astigmatismo en los más pequeños se suele resolver con unas gafas específicas –con monturas de goma-, y cristales irrompibles que contrarrestan el efecto de visión distorsionada de la córnea achatada. Cuando el niño ya es más mayorcito se puede optar por las lentillas, como una alternativa a las gafas.

 

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