Cuida tu salud ocular durante el baño
22, julio, 2020 / Salud Ocular / Sin comentarios
Con el calor y el verano, la playa y la piscina son una de las opciones más refrescantes para solventar el aumento de la temperatura. Pero las playas y, especialmente las piscinas, suelen ser la causa de auténticas epidemias de conjuntivitis víricas, irritaciones oculares e incluso pérdidas de visión. Es importante seguir algunas recomendaciones y disfrutar de la natación y de los juegos acuáticos con total seguridad.
El cloro
El cloro y otros productos químicos, grandes aliados para mantener limpia y libre de infecciones el agua de las piscinas, puede debilitar la película lagrimal que protege e hidrata el ojo. Aunque la mayoría tienen el agua perfectamente regulada, hay ocasiones en que puede verse alterada por ciertos factores y provocar, entre otras molestias, la irritación del ojo o conjuntivitis.
El ojo rojo es una leve irritación ocular que suele ser poco importante y que desaparece en pocas horas. En caso de enrojecimiento ocular es aconsejable usar lágrimas artificiales, a poder ser sin conservantes, que diluyen el cloro eliminando su efecto tóxico y que humedecen el ojo. Si persiste el enrojecimiento después de varias horas o aparece alguna molestia ocular, se debererá ir al especialista para prevenir una afección más grave.
La conjuntivitis
Una de las principales consecuencias del contacto con el cloro es la conjuntivitis, que es una de las afecciones del ojo más frecuentes en niños y también en adultos. Esta afección provoca la inflamación de la conjuntiva que contiene pequeños vasos sanguíneos que se ven como delgadas líneas rojas sobre el blanco del ojo y que, cuando se inflaman, le confieren un aspecto rojizo.
El paciente siente un intenso escozor, presenta ojos muy rojos, intenso lagrimeo, gran hinchazón de los párpados y en ocasiones la virulencia del virus puede complicarse con una queratitis, que llega a durar meses, causando disminución de la agudeza visual.
Se debe ser consciente del alto nivel de contagio de la conjuntivitis vírica ya que produce una secreción transparente parecida a la propia lágrima, pero que está cargada de virus, pudiendo contagiarse familias enteras e incluso varios vecinos de la misma urbanización, si el lugar del contagio ha sido la piscina comunitaria.
Recomendaciones
Es recomendable no usar lentillas en las piscinas porque potencian la exposición a la contaminación microbiana o de amebas ya que la lente de contacto absorbe el agua y se puede transformar en un terreno propicio para que proliferen los microorganismos.
Otras recomendaciones para proteger la salud de los ojos es usar gafas de natación -bien ajustadas para que no entre agua y nos protejan del contacto directo con el cloro, además debemos recordar que se pueden graduar-, no abrir los ojos debajo del agua, lavárselos después de nadar, usar gotas oftalmológicas para mantener hidratada la película lagrimal, evitar compartir la toalla para evitar potenciales infecciones y beber agua para mantener la hidratación del cuerpo y de los ojos.