La retina y el Alzheimer
03, julio, 2020 / Mirada particular / Sin comentarios
Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) han demostrado que la retina es uno de los biomarcadores más prometedores en el diagnóstico precoz del Alzheimer. Según un estudio, se dan alteraciones en el grosor de la mácula -en la región central de este tejido- en familiares de pacientes, los cuales no presentan pérdidas de memoria pero sí un alto riesgo genético.
La retina se compone de tejido cerebral y está conectada con el cerebro a través del nervio óptico. Por esta razón, los expertos parten de la hipótesis de que los cambios que se producen en el cerebro a causa de la demencia -incluyendo el Alzheimer- se pueden detectar en la retina. Este trabajo de la UCM confirma que los primera cambios en la retina se producen muy pronto en el Alzheimer, sobre todo en la zona macular que es la región especializada en la visión del detalle y del color.
El estudio
Pero la gran novedad de este estudio es que por primera vez se ha analizado -capa por capa- la retina de familiares de pacientes con esta patología y que no presentaban ningún problema de memoria. El proyecto se ha llevado a cabo durante los últimos tres años con la participación de 64 personas, 35 de ellos familiares de pacientes con Alzheimer con mutación en el gen ApoE, lo que les hace estar en riesgo de desarrollar esta enfermedad.
El estudio se ha realizado a través de una tomografía de coherencia óptica cuya gran definición ha permitido observar adelgazamientos significativos en diversas capas de la retina de alrededor de 7 micros -unos cambios muy pequeños pero importantes. En esta prueba solo se requiere poner una gota al participante para dilatar la pupila y se barre la retina, en pocos segundos, mediante un haz de luz.
Esta investigación, que ha sido publica en la revista “Journal of Clinical Medicine”, supone un gran avance en unos de los mayores retos de las enfermedades neurodegenerativas que es el diagnóstico precoz. Conocer qué ocurre en los familiares de los pacientes de Alzheimer permite valorar el riesgo o evolución de esta patología así como realizar ensayos clínicos de fármacos que modifiquen o frenen su avance tanto en fases preclínicas como prodrómicas -síntomas iniciales que preceden al desarrollo de la enfermedad.