Nieve con gafas de sol ¡la combinación perfecta!

29, enero, 2015 / Salud Ocular / Sin comentarios

¿Sabías que aproximadamente un 20% de las personas que practican actividades en la nieve sufren de oftalmia? Se le conoce como ceguera de la nieve, aunque no se pierda la visión. Se trata de una inflamación de la conjuntiva del ojo (la membrana mucosa que cubre el blanco del ojo y la parte interior de los párpados) y de la córnea, que se debe a la exposición a la radiación ultravioleta. ¿Quieres saber más?

Es importante recordar que una sobreexposición al sol en la nieve sin la debida protección puede ocasionar daños oculares, como la queratoconjuntivitis, las úlceras crónicas y las cataratas, que casi siempre requieren un tratamiento oftalmológico. Los síntomas de la oftalmía de la nieve-también llamada ceguera de la nieve– aparecen entre 4 y 6 horas después de la exposición a la radiación ultravioleta en actividades al exterior.

En el caso de la nieve, se presenta como una queratoconjuntivitis. Se trata de una patología que afecta a las personas que practican el esquí, el alpinismo y demás deportes de nieve sin la debida protección ocular.

Los síntomas característicos son:

  • Lagrimeo excesivo.
  • Enrojecimiento.
  • Inflamación de los párpados.
  • Fotosensibilidad.
  • Dolor de cabeza.
  • Sensación de cuerpo extraño.

¡En estos casos la prevención es esencial! Para esto resulta imprescindible protegerse de la radiación ultravioleta utilizando gafas oscuras con filtro UV que cubran el ojo por completo. ¡Usa protección ocular durante la práctica de deportes de invierno!

¿Sabes que la nieve refleja el 80% de la luz solar y cuanto a más altura estemos mayor es la proporción de rayos ultravioletas que reciben nuestros ojos?

De la misma forma que cuando subimos a la montaña, nos equipamos para protegernos de las inclemencias del tiempo ¡nuestros ojos también necesitan ese extra de protección! Razones para llevar protección ocular extra en la nieve:

– Porque el reflejo del sol en la nieve es más brillante e intenso.

– A gran altitud, la atmósfera es más delgada y filtra menos radiación ultravioleta.

– El viento hace que los ojos se resequen, lo cual entorpece la visión.

– En la alta montaña, las partículas en suspensión, así como los pequeños cristales de hielo, se pueden proyectar contra la córnea.

– Si estamos esquiando, la velocidad y el viento nos impide ver con normalidad, obligando a cerrar los ojos constantemente.

– Recuerda que la categoría de lentes necesarias para ir a la nieve es la categoría 4.

¿Y tú, ya te proteges adecuadamente cuando estás en la nieve?

 

*Fuente: Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas (CNOO)

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