Santa Otilia, patrona de los ópticos-optometristas

16, diciembre, 2019 / Mirada particular / Sin comentarios

El pasado 13 de diciembre fue Santa Otilia, la patrona de los ópticos-optometristas, quien junto con Santa Clara y Santa Lucía se relaciona con la curación milagrosa de enfermedades oculares. Ella nació ciega y recuperó la vista. Su historia, mezcla de realidad y leyenda, os la contamos a continuación.

Hija de un duque alsaciano

Otilia significa “hija de la luz”. Hija primogénita del duque alsaciano Adalrico y de su esposa Beresbinda, nació ciega -en la segunda mitad del siglo VII d.C- y su padre la repudió. Su madre la salvó de una muerte segura entregándola al monasterio de Balma, donde a los 12 años al ser bautizada por el obispo San Erardo se produjo el milagro. Los santos óleos rozaron sus ojos y recuperó la visión.

A partir de aquí hay dos versiones. Una cuenta que su hermano menor fue a buscarla para que regresara al hogar y su padre, en un arrebato de ira, lo mató y dejó a Otilia como una sirvienta. Cuando ya tuvo edad para casarse, su padre la comprometió, pero Otilia había hecho votos monásticos en secreto y escapó a un monte de la Selva Negra. Allí construyó un altar del cual brotaba agua que resultó que curaba enfermedades de los ojos.

Multitudes de personas peregrinaban al lugar y su fama fue creciendo. Su padre, el duque, se enteró y fue a verla, dándose cuenta de su santidad. Fue entonces cuando le regaló el castillo de Hohenburg para que Otilia lo transformase en un convento del que sería abadesa.

La otra versión dice que fue el obispo quien habló con el Duque para el retorno de Otilia y que su hermano menor intervino a su favor. Finalmente, su padre accedió a que se quedara pero más como una criada que como una hija. Cuando conoció lo buena que era, la quiso mucho y decidió casarla con un gran señor, ignorando que ella quería ser religiosa. Al obligarla, Otilia huyó y se escondió entre unas rocas, hasta que su padre -lleno de remordimiento- la perdonó mediante un decreto. Al regresar a casa, su padre le regaló un convento en lo alto de una montaña. La santa hizo brotar una fuente porque no había nada que beber en el convento y resultó que el agua curaba a muchos enfermos de la vista y de otros males.

La Santa

Otilia destinó su vida a los enfermos y a los más necesitados. Fundó, junto al monasterio de la orden benedictina, un hospital y la iglesia de San Juan Bautista, templo donde falleció el 13 de diciembre del año 720 d.C. y donde, en la actualidad, se conserva su sepulcro. Actualmente, el lugar se ha vuelto en un punto de peregrinación, porque hay quienes dicen que su sepulcro hace milagros. Fue canonizada el 17 de diciembre de 1050 por el papa León IX y el papa Pío XII la nombró patrona de Alsacia en 1946.

 

 

 

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