¿Qué es la presbicia o “vista cansada”?
22, febrero, 2016 / Salud Ocular / Sin comentarios
Es un defecto fisiológico que comienza a aparecer cuando se llega a una determinada edad, normalmente alrededor de los 40 años. ¿Esto significa que todos, tarde o temprano, seremos présbitas? ¡Hoy te lo contamos todo sobre la presbicia!
La presbicia comienza a manifestarse aproximadamente entre los 40 y los 42 años y sus síntomas iniciales son muy claros: hace falta separarse de lo que estamos leyendo o de la tarea que estamos realizando; y necesitamos cada vez más luz para leer o realizar cualquier actividad en visión próxima.
Así pues, ¿en qué consiste la presbicia?
Consiste en que el enfoque (la capacidad de acomodación del ojo) es insuficiente para realizar cualquier tipo de actividad a distancias próximas, como leer o escribir, por lo que hay que recurrir a lentes compensadoras adecuadas. Hablamos, naturalmente, de gafas graduadas o lentes de contacto.
La presbicia, ¿afecta más a miopes que a hipermétropes?
La presbicia afecta por igual a miopes que a hipermétropes, pero suele aparecer antes en estos últimos. Además, como es un problema relacionado con la edad, afecta también a aquellos que nunca han utilizado gafas o lentes de contacto. La aparición de la presbicia no debe ser motivo de preocupación, pues como ya hemos dicho, se trata de una condición natural puramente fisiológica.
Existen diferentes tipos de gafas graduadas: monofocales, bifocales y progresivas.
Ventajas de las lentes progresivas
- Solo necesitas una única gafa para todas las distancias.
- No hay “saltos” de imagen y la visión es más natural.
- Son más estéticas que las bifocales, al ser completamente lisas.
- Son idóneas si precisas cambiar de distancia de mirada con frecuencia.
- Tras un periodo de adaptación, su utilización es muy satisfactoria.
Progresivos, ¡una experiencia diferente!
Con las lentes bifocales hay que aprender a superar el salto de imagen entre la zona para la visión de cerca y la de lejos. Con los progresivos no hay diferencia sino que la transición entre distancias es suave y dinámica, ya que no existe el salto de una zona a otra.
El pasillo entre una zona visual y otra está diseñado para coincidir con la postura natural de los ojos para cada distancia, por lo que la adaptación en el cambio de lejos a cerca y viceversa no supone ninguna dificultad. Lo único que hay que hacer es acostumbrarse a mirar de frente a las cosas cuando utilicemos esta zona.
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