Más aire libre, menos miopía
21, octubre, 2019 / Salud Ocular / Sin comentarios
En los últimos 50 años, el número de personas con miopía se ha duplicado a nivel mundial. Algunas estimaciones apuntan que, al final de esta década, hasta un tercio de la población -alrededor de 2,5 millones de personas- sufrirá este error de refracción que causa la visión borrosa de los objetos lejanos y que se postula como uno de los principales desafíos futuros de la salud pública.
¿Qué es la miopía?
La miopía suele aparecer en edad escolar y puede estar causada o porque la córnea es demasiado curva o por un alargamiento excesivo del globo ocular. Unos trastornos que impiden el enfoque correcto de las imágenes y que conllevan errores de refracción -la forma del ojo evita que la luz se enfoque sobre la retina.
En los casos en que el crecimiento del globo ocular alcanza los 26 mm. o a las 6 u 8 dioptrías, se habla de miopía patológica, un trastorno ocular que puede aumentar el riesgo a sufrir cataratas, glaucoma, desprendimiento de retina o maculopatía miópica.
Más aire libre
Muchos científicos intentan, desde hace tiempo, comprender el porqué del auge de este defecto ocular y consideran que las causas van más allá de una predisposición genética porque los cambios genéticos no se propagan tan rápido. La mayoría de las teorías de los expertos coinciden en que el incremento de los casos de miopía se debe a la influencia de factores ambientales.
La pista definitiva llegó en 2007, cuando el optometrista Donald Mutti del Colegio de Optometría de la Universidad Estatal de Ohio llevó a cabo una investigación -durante cinco años- en la que estudió los hábitos de un grupo de más de 500 niños, entre 8 y 9 años, y con visión sana. Al concluir la investigación, uno de cada cinco de estos niños había desarrollado miopía y el factor que los diferenciaba de los demás era que habían pasado mucho menos tiempo al aire libre -a una mayor exposición a la luz brillante del día- que el resto de los niños investigados.
“La luz solar estimula la producción de dopamina intraocular a través de las células amacrinas de la retina”, explica Manuel Díaz, presidente de la Sociedad Española de la Miopía. La dopamina es un neurotransmisor, que se produce sobre todo durante el día, y que bloquea el alargamiento del ojo durante su desarrollo. Se estima que, en los ambientes de interior en los que la iluminación es tenue, el ciclo se interrumpe, afectando al crecimiento de los ojos.
Según Ian Morgan, investigador especializado en la miopía de la Universidad Nacional de Australia en Canberra, los niños necesitan pasar alrededor de tres horas por día bajo niveles de luz de al menos 10.000 lux para estar protegidos contra la miopía. Una cantidad de luz similar a la que recibiríamos permaneciendo bajo la sombra de un árbol en un día de verano.
¿Cuánto tiempo estás al aire libre?
*Fuente: El País