¿Qué necesitas para coronar las cumbres más altas del mundo?
07, febrero, 2020 / Mirada particular / Sin comentarios
Después de las grandes nevadas, son muchos los que optan por practicar el montañismo y disfrutar de la belleza de las cumbres más altas. En las tiendas de deportes hay una gran variedad de equipamiento para ascender con la mayor seguridad y comodidad posibles. Pero no siempre fue así.
En magazine os contamos cómo era el equipamiento de los primeros pioneros que encabezaron las expediciones a los puntos más altos del planeta y lo importante que ya era, en ese entonces, la protección ocular.
En concreto, os explicamos el caso de Ed Hillary y Tenzig Norgay, los primeros montañeros que -en 1953- lograron alcanzar con éxito la cima del pico más alto del mundo: el Everest.
¿Cómo se comunicaban?
En 1953, la expedición británica empleaba radios sin cables, pero sólo en las partes más bajas de la montaña. En las alturas, usaban los sacos de dormir para formar patrones —atravesados, paralelos los unos a los otros o solos—, que se convertían en señales visuales para los observadores de campamentos a menor altura. Los éxitos durante la escalada se comunicaban mediante mensajes codificados enviados por un mensajero a una estación telegráfica.
En la actualidad, en el Everest, el dispositivo común de comunicación son los walkie-talkie y, dependiendo del año, también se dispone de un servicio de llamadas, durante todo el camino hasta la cumbre. Sin embargo, los teléfonos y comunicadores por satélite se han convertido en los medios de comunicación más fiables.
¿Qué vestían?
Cuando Ed Hillary coronó la cima más alta del mundo llevaba ropa interior y una camisa de lana, una camiseta interior de rejilla, un jersey de lana, pantalones y chaqueta de plumón y una capa de cortavientos. Actualmente, los escaladores utilizan capas básicas sintéticas o de lana de merino, varias capas intermedias y trajes de plumón -con los que duermen en los campamentos a mayores altitudes, metidos en un saco de dormir.
¿Se protegían los ojos?
En 1953, los escaladores tenían varias opciones para protegerse los ojos, incluyendo lo que ahora conocemos como gafas de esquí, gafas de alta montaña y gafas de sol estilo aviador, con lentes anchas. En la expedición de Hillary, los porteadores locales no utilizaban protección ocular alguna y algunos de ellos, durante el ascenso, empezaron a sufrir las consecuencias. Por esa razón y para ayudarles, el cámara de la expedición, Tom Stobart, reunió partes sueltas de las gafas de los escaladores y fabricó unas para ellos empleando cinta aislante negra y cuerda.
La montaña es un lugar que puede causar problemas oculares por una exposición crónica a la radiación solar que aumenta con la altitud, la baja latitud o por la acción de superficies reflectantes como el reflejo del sol en las rocas. Se estima que la radiación ultravileta (UV) se incrementa en un 4% con cada 300 metros de altura.
Por lo tanto, a grandes alturas es imprescindible utilizar a cualquier edad protectores solares para la piel y unas gafas de sol con filtros adecuados, sin olvidar los rayos UVB que son los causantes de quemaduras.
La más característica de las lesiones oculares en montaña es sin duda la ceguera de la nieve, que es el nombre popular de la fotoqueratitis u oftalmía. Se trata de una inflamación corneal, que ocurre cuando los ojos han estado sometidos durante horas a un exceso de radiación UV. El epitelio corneal absorbe estas radiaciones nocivas y sufre daños.
Otro trastorno es la fotofobia permanente, que puede ocasionar dolor ocular intenso incluso con luz atenuada. Se ha demostrado que la exposición en pequeñas cantidades a la radiación UV, durante muchos años, aumenta la probabilidad de desarrollar cataratas y causar daños en la retina. Incluso una exposición duradera a la luz visible de longitud de onda más corta (es decir, azul y violeta claro) también es perjudicial.
Los escaladores, en la actualidad, emplean gafas muy similares sólo que se han actualizado siendo más cómodas y menos pesadas. Las gafas solares de protección elevada son el elemento más importante para prevenir la aparición de problemas en los ojos durante el desempeño de actividades de montaña. Si cuentan con protección lateral se evitarán mucho mejor los riesgos de exposición UV y el material debe de ser duro y resistente a impactos.
¿Dónde dormían?
Las tiendas de campaña, en 1953, estaban hechas con pesados lienzos de algodón y tenían diferentes tamaños. Las más grandes y las grupales se montaban en los campamentos a menor altitud, mientras que las pequeñas (para dos personas, aunque llegaban a meterse tres o cuatro) se utilizaban solamente en las laderas superiores.
Las tiendas actuales para montañismo se hacen de un ligero tejido de nylon con varas flexibles de fibra de carbono o fibra de vidrio. Además de ser más fáciles de transportar, estos materiales soportan las temperaturas frías y los vientos fuertes.
*Fuente: National Geographic