Ver la vida sin obsesiones
19, agosto, 2013 / Mirada particular / Sin comentarios
Las preocupaciones excesivas son como peces que se muerden la cola; se alimentan a sí mismas de forma totalmente improductiva para nuestra evolución y bienestar. Los pensamientos obsesivos irrumpen sin permiso en nuestra mente. Pero pueden ser neutralizados. ¿Quieres saber más?
Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos tenido pensamientos que nos vienen a la cabeza una vez y otra.
Cómo se reflejan en el cuerpo
Estas «ideas fijas» que preocupan hasta límites indeseados, traen aparejadas efectos como ansiedad, dolores de cabeza y musculares, insomnio, depresión , dolores en el pecho, estrés y a veces, impotencia o frigidez.
Si no derivan en un trastorno obsesivo compulsivo más grave, no suelen ser fuente de conflictos muy serios, debido a que las personas logran desenvolverse habitualmente y convivir con ellas. Sin embargo, la preocupación constante puede afectar e incidir en el cumplimiento de nuestros objetivos porque el buen desempeño está siempre ligado al bienestar mental y físico.
La óptiva vital
La forma en que las personas piensan sobre algo determina cómo se sienten acerca de ello. Si piensan en lo positivo de lo que viven -visión que hay que favorecer- surgirán sentimientos de bienestar y fuerza para enfrentarse a las situaciones difíciles y ocuparse de ellas, en lugar de preocuparse. En cambio, si la óptica es negativa, la preocupación será una constante aún cuando no existan motivos reales.
Cómo afrontar el problema
Frente a las ideas repetitivas que no cesan, que ofuscan la mente y no permiten desenvolverse con efecacia en la vida, podemos poner en práctica algunas técnicas. La primera de ellas es afrontar el problema real, y si todavía no estás preparad@, visualiza que lo encaras satisfactoriamente. Verás que la próxima vez que te cruces con el problema real será mucho más llevadero.
Distraer el pensamiento, un buen aliado
Es una técnica sencilla y efectiva para reducir la frecuencia y duración de las preocupaciones.
A. Tomar conciencia y darse cuenta de que uno ha empezado a preocuaprse
B. Detener el pensamiento, «gritantdo» interiormente frases como «basta», «stop», «ahora no».
C. Distraerse. Ocuparse en una tarea satisfactoria (llamar por teléfono a un amigo, leer algo que te guste o salir a caminar)
Las obsesiones comunes generan ansiedad leve que puede tratarse con las técnicas de relajación.
¿Cómo lo haces tú para atenuar estos pensamientos?